Decidimos cruzar el Rin para acercarnos a la Selva Negra. El lugar que elegimos fue el Monasterio de Allerheiligen y sus cascadas. Un lugar fantåstico, las cascadas no estaban en su mejor momento dada la época del año pero aun asà disfrutamos de un bonito paseo.
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Muy cercano se encuentra el lago glaciar Mummel, el mĂĄs alto de la Selva Negra donde paramos a comer, y el que como no podĂa ser de otra forma tiene su leyenda.
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Bajo las aguas habitaba el Rey del Lago y las llamadas SeefrĂ€ulein o MĂŒmmlein (las sirenas del lago) que ayudaban a los habitantes de Seebach, el pueblo cercano. Una de ellas muriĂł por amor ya que bailando bailando con un campesino, se le pasĂł el tiempo y no retorno antes del anochecer al lago, error que por lo que parece se pagaba con la vida.
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Ya de vuelta no pudimos resistirnos a una parada mås para admirar el Rin y la central hidroeléctrica de Gambsheim y sus exclusas, que comparten Francia y Alemania.